Ordenación Presbiteral

Nuestro Obispo Diocesano, S.E Mons. D. José María de la Torre Martín, ha tenido a bien llamar al Presbiterado a los siguientes alumnos de nuestro Seminario:

Diác. Carlos Humberto Arellano Torres.

Diác. José Andrés Cerros Valadez.

Diác. Rubén Alejandro de Lara Landeros.

Diác. Juan Antonio de Luna Chávez.

Diác. Arturo Escalera Hernández.

Diác. José Asunción Esparza Gutiérrez.

Diác. Marco Antonio Esquivel Piña.

Diác. Omar Hernández Olvera.

Diác. Emmanuel López Romo.

Diác. Jonathan Emmanuel Maldonado Barrera.

Diác. Luis Mario Reyes Díaz.

Diác. Mario Alberto Serrano López.

El Nuevo Testamento es unánime al subrayar que es el mismo Espíritu de Cristo el que introduce en el ministerio a estos hombres, escogidos de entre los hermanos. Mediante el gesto de imposición de manos (Hchs. 6,6; 1Tim 4,14;5,22) que transmite el don del Espíritu, ellos son llamados y capacitados para continuar el mismo ministerio apostólico de reconciliar, apacentar el rebaño de Dios y enseñar (Hchs. 20,28; 1Pe. 5,2).

Por lo tanto, los presbíteros son llamados a prolongar la presencia de Cristo, único y supremo Pastor, siguiendo su estilo de vida y siendo como una transparencia suya en medio del rebaño que les ha sido confiado. 

Los presbíteros son, en la Iglesia y para la Iglesia, una representación sacramental de Jesucristo Cabeza y Pastor, proclaman con perdón y de ofrecimiento de la salvación principalmente con el Bautismo, la Penitencia y la Eucaristía; ejercen, hasta el don total se sí mismo, el cuidado amoroso del rebaño, al que congregan en la unidad y conducen al Padre por medio de Cristo en el Espíritu. En una palabra, los presbíteros existen y actúan para el anuncio del Evangelio al mundo y para la edificación de la Iglesia, personificada a Cristo, Cabeza y Pastor, y en su nombre.