“¿No ardía nuestro corazón en nuestro interior cuando nos hablaba en el camino y nos iba explicando las Escrituras?”. Lc. 24, 32
Juan José Méndez Esparza
Vocación
Mi nombre es Juan José Méndez Esparza, tengo 24 años de edad y actualmente estoy cursando el tercer año de la etapa de Teología. Soy originario de la parroquia del Señor del Salitre, Calvillo, Aguascalientes.
Una frase del Evangelio que siempre me ha llamado la atención se encuentra en Lc 24, 32: “¿No ardía nuestro corazón en nuestro interior cuando nos hablaba en el camino y nos iba explicando las Escrituras?”. Esa frase ha resonado fuertemente en mi interior, pues yo también sentí que realmente mi corazón ardía cuando Dios iba conmigo de camino, cuando siento la confianza de que en mi interior me ama incondicionalmente. Aún siento que mi corazón sigue ardiendo.

En este caminar de ya poco más de seis años me ha acompañado mi familia, que nunca puso resistencia para que yo optara por este camino. Los formadores y personas que oran por nosotros son de gran confortación en el camino que avanza. Especialmente, mis amigos y compañeros me han ayudado a seguir alegremente la voz de Dios, pues se han convertido en auténticos hermanos y compañeros de viaje. Por ellos he podido animarme y ser feliz en esta vocación. Espiritualmente me ha ayudado la devoción a este santo ya mencionado, el cura de Ars, pero también a Nuestra Señora del Carmen, que ha visto, desde que yo era pequeño, cómo ha ido madurando el sí por el camino del Señor.

El camino del seminarista es una vida de retos y dificultades, pero también de alegrías, satisfacciones y crecimiento. Cuando el Señor llama es imposible no hacer caso a esa voz, pues en él estará el camino de la plena felicidad; no en las cosas materiales, en los proyectos hechos al margen de Dios. Cuando nos acogemos a Dios, él nunca nos puede dejar, pues su fidelidad es más grande que nuestros problemas. Así que, si tienes inquietud, si sientes que el Señor quiere que seas sacerdote, no dudes en responder generosamente. Él espera tu respuesta, pues él tiene planeadas cosas grandes para ti. ¡Adelante!
