“Dios no elige a los preparados, sino que Él prepara a los elegidos”.

 

Junue Idali Vela García

Vocación

Mi nombre es Junue Idali Vela García, cuento con la edad de 19 años, soy originario de la parroquia de nuestra Señora de Guadalupe en Matancillas, Jalisco, actualmente estoy realizando mis estudios en el Seminario Diocesano de Aguascalientes, y curso el primer año de filosofía.

Mi familia está conformada por seis integrantes, mi papá, mi mamá y cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres en los cuales soy el segundo, al ingresar al seminario menor, mi hermano tambien ingresó al curso introductorio, ambos en el 2018.

Considero que mi vocación, surge desde la misma formación que mis papás me han brindado, desde la infancia hasta ahora, también el estar participando en un coro y posteriormente en el grupo de adoración nocturna de mi parroquia, gracias a la oración que realizaba en la hora de turno, mi fe se acrecentó, y mi amor por la eucaristía se fraguó más.

Al terminar la telesecundaria, mandé la solicitud para entrar a estudiar la preparatoria, ahí mismo en mi comunidad. Tiempo después fui a realizar los exámenes de admisión y  si fui aceptado, una semana antes de entrar a la preparatoria conocí a un sacerdote que trabajaba como vicario en mi parroquia y él me hizo la invitación, para entrar al preseminario, el dia 15 de julio del 2018, al momento yo le dije que sí, pero en su momento yo sentí mucho miedo, porque estaba empezando a tomar una de las decisiones más importantes para mi vida.

Sin embargo, sabía que no iba ser algo tan fácil, pero al mismo tiempo experimenté mucha alegría, recuerdo que mi mamá me decía que si ¿En verdad era lo que yo quería? y yo sin miedo le respondí que sí, desde ese momento mi vida cambió, porque al tener la experiencia del preseminario de dos semanas, tuve la oportunidad de haber conocido jóvenes de mi edad, a sacerdotes de la misma institución, y la estructura del seminario.

Entonces decidí quedarme en el seminario menor, mis planes Dios los había cambiado por completo, por un plan mejor, y aún no me puedo explicar el llamado que Dios me hace a la vocación sacerdotal, gracias a Dios he perseverado en la vida  y quiero seguir respondiendo al llamado que el Señor me ha hecho a pesar de las dificultades.

En el camino Dios me ha puesto personas que han contribuido en mi discernimiento vocacional. Entre ellos: mi familia, mis bienhechores, sacerdotes, familiares, amigos, compañeros, maestros y personal de mantenimiento.

Por lo tanto,  mi llamado en pocas palabras, lo puedo resumir en  una frase, que me ha marcado todo este tiempo de formación en el seminario, dice: “Dios no elige a los preparados, sino que Él prepara a los elegidos”. Dios no mira nuestros defectos, nuestras debilidades, Dios mira lo que hay en nuestro corazón, es por eso que quiero invitar a todos aquellos jóvenes, que sienten la inquietud de ser sacerdotes, que no tengan miedo de responder y completar el plan que Dios tiene preparado para ustedes, no miren hacia atrás, quisiera decirles que el miedo a veces nos paraliza y no nos deja actuar como Dios quiere.

Gracias a los elementos que nos brinda el seminario, en la dimensión espiritual considero, que se ha impregnado mucho en mi persona, la oración y la alegría de participar en la eucaristía. Desde luego, en la dimensión humana he ido desarrollando y estructurando mi personalidad, y así creciendo paulatinamente, además he conocido diferentes compañeros

que tienen el mismo objetivo que yo, y, sin duda alguna, los lugares en los que he estado de pastoral me han ayudado y favorecido mucho en la vocación.

Por último, quisiera compartirles la gran devoción que le tengo al señor san José, mi oración hacia él siempre ha sido con gran devoción, para  que cuide mi vocación como lo hizo con la vida de Jesús, con esos afectos de amor y de cariño paternal. De alguna manera he ido conociendo a personas que necesitan de la presencia de Dios en su vida, la necesidad de sacerdotes, y en razón de esto, mi deseo de ser sacerdote, cada día se ha ido acrecentando aún más.