Experiencia inolvidable para servir a Dios

 

Pedro Luis Vela Garcia

Vocación

Mi nombre es Pedro Luis Vela García, nací el 31 de marzo del 2000, y soy originario de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Matancillas, Jalisco. Estoy estudiando actualmente en el Seminario Diocesano y curso tercer año de filosofía, también conocida como la etapa discipular. Mi familia nuclear está conformada por seis integrantes: mi papá, mi mamá y cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres, entre los cuales yo soy el primogénito. Hemos ingresado al seminario mi hermano y yo: mi hermano a la etapa del menor y yo ingresé al curso introductorio, ambos en el año 2018.
Al haber concluido mis estudios en la preparatoria decidí vivir la experiencia del pre-seminario el 15 de julio de 2018. Considero que mi vocación surge gracias al testimonio de un sacerdote, el acompañamiento y la formación de mis padres que siempre me han educado con valores humanos y cristianos, me han inculcado el asistir a misa desde pequeño, asistir a los actos de piedad, de igual manera me han inculcado la devoción a la Virgen de Guadalupe y al niño Emmanuel de Matancillas. Cuando estaba en la primaria comencé a participar en las peregrinaciones de camino a San Juan de los Lagos, que sin duda alguna me ayudaba mucho a fortalecer mi fe y mi formación cristiana.

Así mismo, dentro de mi parroquia, participé algunas veces en algunas pastorales, como la adoración nocturna, en un coro de niños y en la semana santa como apóstol y cirineo. Mientras iba creciendo tenía en mente un cumulo de ideas sobre lo que iba a estudiar o me iba a dedicar en mi vida. En mi niñez y adolescencia llegué a pensar en ser sacerdote, pero conforme pasaba el tiempo había momentos en que lo olvidaba y pensaba en estudiar alguna carrera en la universidad o bien, comenzar a trabajar en algo estable para apoyar a mi familia con los gastos de la casa, pero al ingresar a la preparatoria fue una etapa diferente, con muchos momentos agradables las cuales me ayudaron a enfocarme un poco más en lo que quería para mi futuro.
Entonces yo tenía la idea de ser soldado, de estudiar para militar, o estudiar agronomía, y en ese transcurso de la preparatoria, precisamente un año antes de salir, llega un neo-sacerdote a mi parroquia como vicario, que fue quien me motivó e influyó para que yo tomara la decisión de querer ser sacerdote, debido a su testimonio y entrega sacerdotal.

 

 

Por lo que al ingresar al seminario he recibido la sotana el 20 de enero de 2019, y es un acontecimiento de mucha alegría y felicidad, es una experiencia inolvidable que también me ha impulsado a seguir en este camino rumbo al sacerdocio. De igual manera he conocido grandes amistades de seminaristas y sacerdotes que también me han ayudado a seguir creciendo y a seguir respondiendo al Señor, puesto que buscamos el mismo objetivo. Además he trabajado en diferentes pastorales y conocido muchas personas, con las que he tenido gratas experiencias, las cuales me han manifestado una sed de Dios, y viendo esa necesidad de Dios en las personas quiero ser sacerdote para ser ese intermediario entre Dios y el hombre.