«Verán venir al Hijo del hombre
en una nube, con gran poder y majestad». 

I DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO  – CICLO C

JAIR GUERRERO CARDONA

Homilía Dominical

Comenzamos este tiempo de adviento, tiempo de preparación para el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El pasaje evangélico que la liturgia de la palabra nos presenta en esta ocasión no habla de la libertad que nos espera, una libertad en la cual el Señor Jesús nos explica y nos invita a estar atentos para alcanzarla y merecerla de una forma plena.

Nos situamos en el contexto del Señor Jesús hablando a sus discípulos, sus seguidores, les habla que se presentarán señales en el sol, la luna, las estrellas, diciendo que en la tierra las naciones se llenarán de angustia y miedo. El Señor Jesús conoce bien a la humanidad y es normal que si alguien nos habla de que sucederán cosas que nunca hemos visto el sentimiento que nos invadirá será el temor, el miedo, pero en esta ocasión Jesús no lo dice para que la humanidad se mantenga en este sentimiento, ya que continúa diciendo que cuando suceda lo que narra en lugar de atemorizarnos, levantemos la cabeza porque veremos al Hijo del hombre con gran poder y majestad, señal que la liberación esta cerca.

Por otro lado, cabe decir que no hay que esperar hasta que esto suceda para tener la liberación, lo que tenemos que hacer es revisar nuestras acciones para que poco a poco nos vayamos liberando de todo aquello que nos tiene esclavizados que es lo que el Señor Jesús nos pide para tener vida plena.

Esto lo complementamos con las palabras que Jesús dice en el pasaje:

Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos” (Lc 21, 34-35).

Es normal que cuando escuchamos que se acerca el fin de algo queremos cambiar todas nuestras conductas como si fuera una magia que cambia todo de un instante para otro, el Señor Jesús es instante en estar revisando nuestra vida frecuentemente para eso tenemos los sacramentos para acercarnos pedir perdón por nuestras faltas y santificarnos para no caer en un descuido, sino siempre estar revisando nuestras acciones y no dejemos entrar el maligno en nuestra vida, así con una actitud de alerta podemos estar con una paz interior sabiendo que no hay cosa que nos turbe y nos tenga en una descuido espiritual y corporal.

Por ultimo el Señor Jesús nos invita a estar en vela y en actitud orante. Estar en vela, cuidando nuestro ser, pero no para obtener un beneficio personal sino para que seamos consistes de como estamos actuando, como nos estamos relacionando y como ayudamos o causamos escandalo en la vida de nuestro prójimo. Y la clave para tener en cuenta todo esto es por medio de la oración, es otra de las cosas que el Señor Jesús constantemente nos invita porque teniendo siempre en armonía nuestro dialogo con Dios y su encuentro con su Hijo a través de la Eucaristía vamos teniendo un sentido de orden y estabilidad en todas nuestras acciones cotidianas.

Seamos consientes de lo que el Señor nos pide en este primer domingo de adviento y estemos atentos durante este tiempo a revisar nuestra vida, estando en esta actitud de alerta, de vela y de oración, esperando la segunda venida del Mesías para cuando suceda nos estemos desprevenidos sino que estemos preparados y al mismo tiempo ayudemos a nuestros hermanos a estar con un disposición a las enseñas del Señor Jesús, que este tiempo litúrgico y la cercanía de con el Señor Jesús nos ayude a todos.

San Lucas. 21, 25-28. 34-36

“Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas».

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