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DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO
«LO QUE DIOS UNIÓ, QUE NO LO SEPARE EL HOMBRE»
DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO
JOSÉ ÁNGEL FLORES AMADOR
Homilía Dominical
El Evangelio de este domingo XXVII del tiempo ordinario es muy bello y me gustaría hablar de dos cosas muy importantes que en él se mencionan.
Recordemos que los fariseos eran muy estrictos en el cumplimiento de la ley y su obediencia a las tradiciones del pueblo judío, tenían por lo tanto un mayor énfasis en la piedad personal. Ellos mismos ponen a prueba al Señor Jesús, le preguntan acerca del divorcio como lo marcaba en la ley de Moisés, Jesús les responde: “Moisés prescribió esto, debido a su dureza de corazón de ustedes”; y es que podemos decir que en ese tiempo el corazón del hombre era tan duro para poder amar al prójimo y en el caso del matrimonio a la esposa.
Jesús enseña que veamos el matrimonio desde el principio de la creación entre el hombre y la mujer, aquí vemos que el matrimonio se funda desde el inicio de la creación. Es un llamado de Dios a una mujer y a un hombre a vivir la santidad desde la familia que fundan el día que se casan. Jesús nos quiere decir que el matrimonio es algo muy sagrado ya que es del que manan muchas bendiciones como los hijos.
Uno de los fines del matrimonio es la ayuda mutua, el bienestar, el apoyo reciproco en el proceso de la autosuperación, la auto perfección personal de cada uno, y la protección mutua de los esposos. También en el matrimonio se debe de dar un respeto mutuo, fidelidad y amor.
Ahora pasamos a los últimos versículos del Evangelio donde podemos ver que algunas personas le acercan al Señor Jesús unos niños para que estuvieran con él, pero los discípulos se los impedían a lo que Jesús les dice que los dejen y además les aseguró que si no se hacían como uno de ellos no entrarían en el Reino de los cielos. Un niño es inocente y puro de corazón y además no hace las cosas por intereses sino por ayudar y creo que el mensaje que Cristo nos quiere trasmitir es que seamos como ellos con las mismas características de un niño, sea la edad que tengamos hay que hacernos como niños para algún día entrar en el Reino de los cielos.
Hoy hay que pedirle a Dios por los matrimonios que tienen problemas, sufren, no se comprenden el uno al otro para que los ayude en su caminar y fortalezca el amor que un día se prometieron el uno al otro. Pidamos también la intercesión de María Santísima para que ruegue por aquellos jóvenes que están en ese proceso para tomar la decisión para unir sus vidas.
Pidamos por nuestros niños, especialmente por los de nuestro país, aquellos que sufren el hambre, la violencia, el maltrato para que sus llantos sean escuchados por Dios y pronto reciban la paz en sus pequeños corazones. Pidamos por aquellos niños que ríen, tienen paz, amor, para que por la intercesión de Santo Domingo Savio sean buenos con sus padres, hermanos y amigos.
Por la Virtud.
Por la Fe.
Por la Doctrina.
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